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Disney es conocido por ofrecer experiencias mágicas a sus clientes, pero ¿cómo logra mantener a sus empleados motivados y comprometidos? Su secreto se basa en tres pilares fundamentales: contratar eficazmente, educar eficazmente y tratar a su personal con amabilidad. Este enfoque no sólo produce trabajadores entusiastas, sino que también ofrece un excelente servicio al cliente.
El primer paso es contratar a las personas correctas. La búsqueda de Disney no se trata sólo de experiencia técnica. Quieren encontrar personas que tengan la actitud y la pasión para prosperar en la empresa. No se trata sólo de habilidades laborales, sino de la pasión por el trabajo y la capacidad para hacer felices a las personas.
El siguiente paso es formar a las personas adecuadas después de contratarlas. Disney no se limita a enseñar a sus nuevos empleados cómo realizar sus tareas diarias. La empresa promueve el desarrollo profesional y personal de su staff. También capacitan a los gerentes para ayudar a sus equipos y mantener altos estándares de calidad. Los miembros del personal se sienten motivados para progresar y mejorar sus habilidades.
El tercer pilar, y quizás el más importante, es el buen trato a los empleados. Disney es un lugar donde los empleados se sienten valorados y pueden trabajar en un entorno de apoyo y confianza. Muchas empresas fracasan en este aspecto, porque incluso si contratan y capacitan bien, un ambiente tóxico puede desgastar incluso a los mejores miembros. Disney se asegura de que todos, desde los altos ejecutivos hasta los trainees, trabajen en un buen ambiente.
Después de la pandemia, las expectativas de los empleados han cambiado drásticamente. La salud mental y emocional es ahora más importante para las personas. Los expertos dicen que la razón por la que las empresas sobreviven en este nuevo entorno es porque tienen culturas que se basan en la empatía. Los nuevos talentos quieren trabajar en entornos que los traten como individuos, no sólo como empleados. Las empresas que prioricen la eficiencia y el cuidado genuino de su equipo tendrán éxito.
Establecer los valores de una empresa es solo el comienzo. Lo más importante es que estos valores se vivan y se practiquen todos los días. Walt Disney, por ejemplo, creía tanto en la limpieza de sus parques que él mismo recogía basura mientras caminaba por Disneyland. Este tipo de liderazgo ejemplar es lo que refuerza una cultura organizacional fuerte. Los líderes deben ser el reflejo de los valores de la empresa, porque los empleados siempre están observando.
Los líderes tienen un papel crucial en la empresa. Dado que imponen normas, deben ser los primeros en cumplirlas. Este tipo de coherencia genera un ambiente de trabajo más confiable, conectado y eficiente.
La expansión internacional de Disney trajo consigo desafíos relacionados con las diferencias culturales. Para superar esto, la empresa aprendió a confiar en sus empleados locales y a permitir que estas diferencias influyeran en las decisiones de negocio. McDonald's, por ejemplo, vio un aumento en sus ventas al permitir que los franquiciados locales personalizaran los sabores de sus productos para adaptarse a las preferencias regionales. Este equilibrio entre control global y adaptación local es clave para el éxito en un mundo cada vez más interconectado.
La fórmula de Disney para una cultura empresarial efectiva es considerar los valores de la empresa desde el principio. Tenerlos en cuenta a la hora de contratar, a la hora de capacitar y en el día a día con los empleados, sean líderes, supervisores o nuevos talentos. Respetar a los empleados y a su cultura, predicar con el ejemplo y aplicar la empatía son la clave para un ambiente laboral exitoso.
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