Yo siempre propongo pensar en estos días. Al menos en los pocos días venideros. La idea de un futuro lejano para la toma de decisiones suele dejar de lado las necesidades de hoy de los más necesitados.
A veces me pregunto: ¿puede un sistema de gestión de personas ser útil para pensar en un “nosotros” mejor? ¿Aporta realmente mi trabajo a que quien está mal esté un poco menos mal? Salir a las calles porteñas es algo descorazonador. La cantidad de familias con niños en las veredas, sin escuela, sin trabajo, sucios y sin alimentación sana. Nada de lo que haga uno alcanza. Argentina parece un país imposible.
En los tiempos del ego, del Instagram y de la psicología positiva no parece muy factible una revolución. Tampoco soy muy fanático de las revoluciones del pasado. En pos de un nosotros advenía un uno (el ego nuevamente allí, escondido). Tal vez, son más lógicas las pequeñas revoluciones.
People One Click es un sistema para el colaborador. No es para el empresario, no es para el accionista, no es para la junta directiva. Y lo que se pretende aquí no es una revolución jerárquica, una lucha de clases o una disrupción. Lo que pretendemos es dotar de voz a quien, en un entorno particular, puede no tenerla. Una voz que conecte. Con la que pueda hacer, rehacer, quejarse, felicitar, acompañar. O aquella acción que no se me ocurre escribir acá, pero puede aportar para que la empresa, la Argentina, Latinoamérica, el Mundo, la entelequia que ella/él considere, pueda volverse un lugar mejor. Al menos en su visión particular del mundo.