Las nuevas tecnologías juegan un rol clave en el impulso hacia la transformación, pero también lo hacen los procesos y modelos de negocio, la cultura organizacional, y la receptividad a la transformación.
SAP y todas sus implementaciones tienen un impacto integral en la forma de trabajar de las empresas porque “hackean” el sistema tradicional y obligan a repensar los procesos para adoptar las nuevas prácticas. Y para que esto suceda con éxito, es necesario gestionar el cambio para que los colaboradores puedan transitar este nuevo camino.
Las razones deben compartirse: El directorio pasa meses eligiendo el sistema, la forma de implementación y pondera muchas variables que no se debe olvidar de compartir con todo el equipo de proyecto. Entre ellas: por qué lo eligen (razones que más pesaron), para qué (qué se obtendrá con SAP después de la implementación), características que hicieron sentido (a veces los directores piensan en SAP para adoptar frameworks estándares pero el equipo busca cómo adaptar el estándar a los procesos actuales durante meses).
El mejor equipo para obtener los mejores resultados: ¿A quiénes involucrar en el proyecto? La ecuación correcta es visión + conocimiento interno. El equilibrio entre ambas da como resultado el éxito de la implementación.
No implica solo un cambio de sistema: Una implementación de esta índole abarca un cambio enorme no solamente en el sistema, sino en los procesos, la forma de hacer negocios y de trabajar de las personas.
Un equipo diverso pero sincronizado: No es fácil armar equipo con perfiles tan diversos: gente de la línea, muchos proveedores, perfiles técnicos, jefes, gerentes, consultores. Por eso un track importante del equipo debe ser change management para poder hacer de este equipo una tribu diversa pero sincronizada, lograr entendimiento y no dar nada por sentado, respetando la diversidad pero llegando a acuerdos.
Sin dueño no hay paraíso: Se necesita de un dueño del lado de la organización que esté presente, involucrado, sino se dejan muchas oportunidades sobre la mesa, tiempos de proyecto, errores, decisiones poco acertadas.
Gestionar la resistencia para que haya un cambio: Si se está transformando la empresa es lógico que empiecen las discusiones, las resistencias, los intereses cruzados. Este es un síntoma de que se está aprovechando el proyecto para “hackear” lo establecido. Para avanzar, gran parte del tiempo y la energía del equipo debe estar en convencer, gestionar la resistencia y empujar las decisiones necesarias para que el cambio ocurra.
Sumar personas que aporten valor ¿Cómo aprovechar los recursos y evitar el caos? Se necesitan equipos amplios y diversos, con roles claros, explícitos, responsabilidades, y capaces de monitorear y dar seguimiento a los resultados. ¡Personas curiosas y desafiantes, que hagan, construyan y decidan!
Juntos es mejor: ¿Quién es el dueño del proyecto? ¿IT o el Negocio? ¡Los dos! Ambos deben buscar el equilibrio día a día, el know how de cada uno es vital para el éxito del proyecto.
Hacerse tiempo para hacerlo bien: Al principio del proyecto se quiere hacer todo, resolver en 10 meses los problemas de años de la organización. Por eso, es importante establecer un alcance claro y acotado en los procesos críticos. Luego avanzar hacia una segunda fase de deseables y mejoras para acelerar la transformación.
No es magia, es trabajo duro: Si el equipo de la organización trabaja fuerte, sincronizado, tomando decisiones, aceptando las pérdidas y dejando de hacer otras cosas, el proyecto sale bien.