La educación financiera es fundamental para el desarrollo de las personas, por el protagonismo que tiene en la posibilidad de alcanzar estabilidad financiera. Gestionar de forma eficiente nuestros consumos, gastos e ingresos nos permite encontrar oportunidades de ahorro. Luego, conocer las opciones que tenemos con esos ahorros generados permitirá potenciarlos, procurando que no pierdan valor y que crezcan en el tiempo al transformarlos en inversión. Para poder tomar decisiones financieras inteligentes, es necesario primero acceder a la educación financiera. Entender los movimientos que hacemos permite que comprendamos el impacto que tienen las finanzas en nuestra vida.
La estabilidad financiera es el producto de los hábitos financieros saludables. Si podemos asegurarnos una base sólida que nos permita minimizar riesgos y hacer fondos contracíclicos, podemos tener margen de movimiento cuando el contexto sea desfavorable. La estabilidad se construye desde el día 0, desde el momento en que se hace consciente la necesidad de ocuparnos de las finanzas y de darle el tiempo de planificación y formación que se merecen. Más allá de a qué nos dediquemos profesionalmente, son una parte importante de nuestro día a día. Adquirir hábitos como la disciplina y el equilibrio, entender los ciclos a los que nos vamos a tener que enfrentar, son puntos clave en la construcción de una estabilidad financiera a largo plazo.
En este sentido, cualquier oportunidad para que las personas accedan a la educación financiera es un aporte relevante a su bienestar. Para colaborar en este acceso, las empresas pueden aplicar estrategias que fomenten la formación de sus equipos y brinden herramientas que les permitan acceder a la información necesaria, oportuna y de calidad. En el mercado, existen diversas opciones que permiten hacer accesible la educación financiera, para que las empresas brinden espacios de formación que despierten el interés de cada colaborador en esta materia.
Desde Balanz tenemos un gran compromiso con la educación financiera. En particular, Balanz University es el área de Balanz que se dedica especialmente a acercar estos conocimientos. Nuestra misión es democratizar las finanzas y llegar a todos los públicos. Estamos comprometidos a fomentar la educación financiera en distintos ámbitos para que cada vez más personas tengan acceso a las inversiones. Trabajamos para que ésta sea una posibilidad para todos, individuos y empresas. Ya hemos capacitado a más de 13000 personas, desde quienes no tienen experiencia en estos temas, hasta quienes ya tienen una trayectoria más larga y buscan formarse en campos más específicos con nuestros distintos programas, que nos permiten acercar a cada público la información adecuada.
Lo primero que todas las personas necesitamos conocer es cómo organizar nuestras finanzas. Poder hacer un registro de ingresos y gastos, que luego nos permita realizar un presupuesto, que contemple la posibilidad de un margen de ahorro. Conocerse a uno mismo es muy importante para alcanzar un equilibrio; no gastar más de lo que nos ingresa, no entrar en una rueda de financiación que nos endeude de manera que cada día nos cueste más afrontar. De la misma forma, estas herramientas permiten optimizar la gestión, observar qué consumos podemos decidir no hacer en función de un consumo mayor en el futuro. No se trata de “no gastar”, sino de minimizar aquel comportamiento de consumo que no nos proporciona hoy una “utilidad” superior a la que podríamos tener si postergamos ese consumo actual y lo volcamos al ahorro y la inversión, para obtener una mayor utilidad en el futuro.
El concepto valor tiempo del dinero resulta de vital importancia para saber que aquel ahorro que pudimos generar tiene el potencial de crecer y acercarnos a la independencia financiera, dándonos mayor seguridad y libertad. Cuando las personas entienden que un peso en el futuro vale menos que un peso hoy (incluso en monedas duras como el dólar, o en contextos de baja o nula inflación), comprende la importancia de invertir su dinero y no solamente atesorarlo. En términos sencillos, cuando yo presto dinero que no voy a usar hoy, quien recibe ese dinero me paga una tasa de interés por devolverlo en el futuro; esto es el valor tiempo del dinero, un concepto fundamental para nuestras finanzas.
Por eso, el tiempo es clave en las inversiones. En efecto, en las inversiones el tiempo siempre juega a nuestro favor. El concepto de "compounding" o “interés compuesto” juega un papel crucial en este proceso, ya que nos demuestra cómo a través de la reinversión de las ganancias de un monto invertido, el valor de un capital inicial puede incrementarse exponencialmente a lo largo del tiempo. Esta es una lección valiosa que buscamos transmitir no solo en teoría, sino a través de la práctica, acercando a los distintos públicos a opciones de inversión accesibles y adecuadas a sus realidades.
Las experiencias que hemos tenido con distintos públicos han sido hasta hoy muy gratificantes, porque se valora mucho la forma de acercar este conocimiento de manera adecuada a cada público, con información clara y ordenada, que permite luego la toma de decisiones de ahorro e inversión. Para generar ahorro y para las inversiones en general, enfatizamos la necesidad de autonocimiento: saber cuál es nuestro perfil de inversor (conservador, moderado o audaz), establecer objetivos, entender qué niveles de riesgo podemos tolerar. Esta información es clave para tomar aquellas decisiones que nos permitan alcanzar nuestros objetivos de ahorro e inversión y la estabilidad financiera tan buscada.