Si pido que levantemos la mano los que alguna vez oímos o dijimos alguna de estas frases, lo más probable es que todos lo hagamos. No es nada extraño, sobre todo si nuestras redes sociales, diarios y todos los medios posibles están invadidos por este tipo de reflexiones.
Desde mi perspectiva, quién habla en esos momentos es más nuestro temor a salir de nuestra zona de confort que el temor a la Inteligencia Artificial en sí misma.
Sino, preguntate por que ya no te da temor usar un “smartwatch” para medir cuantos pasos haces al día y mantener tu salud en línea, o por que utilizas aplicaciones de aprendizaje en línea que adaptan los contenidos a tu ritmo y estilo; O por que te resulta natural utilizar aplicaciones de navegación que te ofrecen las rutas más rápidas y seguras en tiempo real.
Podemos continuar todo el día con ejemplos, ¿pero qué ocurre en el entorno laboral?
Para empezar a responder esta pregunta, debemos preguntarnos primero cómo nos sentimos con respecto a las nuevas tecnologías. ¿Estamos dispuestos a verlas como un desafío que nos aportará conocimiento para nuestro crecimiento profesional? ¿O, por el contrario, percibimos estas innovaciones como obstáculos y amenazas para nuestro desarrollo?
Lo cierto es que, en esta nueva era, sería muy difícil ignorar el progreso y aferrarnos a lo "ya conocido" o a las formas tradicionales de trabajo. Hacer esto nos llevaría inevitablemente a una “profecía autocumplida”, el reemplazo de nuestros puestos de trabajo. Pero no por la Inteligencia Artificial, sino por otros que hayan interpretado esto como un desafío y hayan dedicado tiempo a aprender a utilizar la IA como una aliada.
Es importante reconocer que la inteligencia artificial puede ser una aliada poderosa en diversos aspectos de Recursos Humanos, permitiéndonos no solo volver más eficientes ciertas tareas, sino liberándonos el tiempo de nuestras agendas para poner el foco en nuestra misión real: la experiencia de nuestros empleados.
En vez de ver a la IA como una amenaza, deberíamos desde mi perspectiva considerarla una oportunidad para reinventarnos y mejorar continuamente. La inteligencia artificial no llegó para reemplazarnos, sino para complementarnos y ayudarnos a desarrollar habilidades que antes no habíamos imaginado.
Podríamos pasar días frente a un Word diseñando un job description, con tareas a las que ya estábamos acostumbrados a escribir. Hoy tenemos la posibilidad de no solo automatizar la redacción, sino de innovar en tareas que aporten valor y estrategia a la compañía, por solo dar un ejemplo de los tantos en los que nos puede dar soporte la IA.
Así que, ¿qué elegimos? ¿Ver la IA como una amenaza o como una oportunidad para potenciar nuestro talento y crear un ambiente laboral más inclusivo y diverso? La elección está en nuestras manos, y nuestra actitud hacia la tecnología determinará el éxito que tendremos en esta nueva era.